Sefronia
Y aquì me encuentro en el solsticio de verano sentado en mi mecedora en el porche de mi perdida granja en medio de la nada en alabama con una espiga de maiz entre mis labios uno de los botones de mi roido peto vaquero desabrochado mirando al horizonte limpio y color magenta escuchando a un sinfin de grillos interpretando una sinfonia de tranquilidad , los pies apoyados en la barandilla y una botella de licor de maiz casero al lado de un pie de la mecedora, el vecino mas cercano se encuentra a quince minutos en tractor de aqui y si algùn dia me surgiese una urgencia la llevaria clara para conseguir auxilio rapido, pero no es algo que me quite el sueño, aqui la gente esta hecha de una pasta especial, siempre he pensado que el grosor de nuestra piel triplica al de los burgueses de ciudad, somos gente sencilla y dura al mismo tiempo, nuestro concepto de felicidad podria ser tan simple como disfrutar del sonido de un Banjo acompañado por un violin al lado de un lago en una noche de verano como esta, sentir el agua calmando el pegajoso calor de esta zona en pleno mes de junio es una sensacion lo suficientemente agradable como para no tener que buscar nada mas, si señor, hace una noche estupenda y aqui estoy solo en el viejo porche de esta casa escuchando el hipnotico sonido de los brillos y observando como el viento abanica el maiz suavemente, aùn recuerdo cuando de niño vislumbraba esta vieja choza a lo lejos desde el cruce de caminos con la carretera comarcal y aùn a pesar de verla en el horizonte mis piernas tardaban un considerable espacio de tiempo en llegar a tomar una limonada fria a este mismo lugar donde me encuentro ahora, llegaba exhausto y empapado en sudor, todavia no me cabe en la cabeza que no haya salido ningun campeon de marathon de estas tierras pues las distancias aqui se multiplican por mil, hace años , y no muchos, el hecho de realizar una llamada telefònica suponia todo un reto para el cuerpo, pero somos gente tranquila y con pocas aspiraciones, ya veis yo sigo aqui despues de mas de un par de dècadas en el dia mas largo del año contemplando como el sol se pone en el horizonte sin ninguna otra preocupaciòn, quiza deberìa preocuparme de muchas cosas que me atañen, pero no, estoy completamente sedado por el aire y por la inmensidad y belleza de esta vista, sigo aqui meciendome parsimoniosamente y me sien to bien, si señor me siento bien
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